Ginebra — La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU está reduciendo su llamamiento para obtener financiación anual en 2026, y este año el apoyo, en gran parte de los gobiernos occidentales, ha caído al mínimo de una década.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios dijo el lunes que está buscando 33 mil millones de dólares para ayudar a 135 millones de personas afectadas por guerras, desastres climáticos, terremotos, epidemias y escasez de alimentos. Este año, recaudó 15.000 millones de dólares, el mínimo de una década.
La oficina dijo que quiere 4.100 millones de dólares para llegar a los 3 millones de personas en los territorios palestinos, otros 2.900 millones de dólares para Sudán, hogar de la mayor crisis de desplazamiento del mundo, y 2.800 millones de dólares para la planificación regional en torno a Siria.
«En 2025, el hambre habrá aumentado. Los presupuestos para alimentos se han recortado, incluso cuando las sequías azotan partes de Sudán y Gaza. Los sistemas de salud se han desmoronado», dijo el jefe de OCHA, Tom Fletcher. «Las enfermedades proliferan. Millones de personas se quedan sin alimentos, salud y protección esenciales. Se han recortado programas para proteger a mujeres y niñas, y cientos de agencias de ayuda han cerrado».
El coordinador de ayuda de la ONU ha solicitado 47 mil millones de dólares este año y pretende ayudar a 190 millones de personas en todo el mundo. Debido al menor apoyo, este año y sus socios humanitarios llegaron a 25 millones de personas menos que en 2024.
«Sé que los presupuestos son ajustados en este momento. Las familias de todas partes están bajo presión», dijo Fletcher. «Pero el mundo gastó 2,7 billones de dólares en defensa el año pasado, en armas y armas. Sólo pido el 1% de eso».
Pidió una «transformación radical» de la ayuda reduciendo la burocracia, aumentando la capacidad y dando más poder a los grupos locales. Fletcher citó «conversaciones muy prácticas y constructivas» con la administración Trump casi todos los días.
«¿Quiero insultar al mundo para responder? Absolutamente», dijo Fletcher. «Pero también quiero canalizar esta determinación y enojo que tenemos como trabajadores humanitarios, de que cumplimos con lo que tenemos».















