Rubén Reales encontró una nueva motivación a través del fútbol

En un momento en que la vida se sentía difícil e incierta, el fútbol Rubén Hernández Reales ofrecía un poco más que una distracción. Se convirtió en una fuente de alegría y la base de un futuro más saludable y más esperanzador.

«El fútbol me ayudó a disfrutar y huir, especialmente los fines de semana», dice Rubén, un orgulloso jugador de los Juegos Olímpicos Especiales Madrid. «Gracias al fútbol y a caminar al gimnasio, perdí 32 kilos». Su compromiso con el deporte no solo mejoró su salud física. Le ayudó a redescubrir su motivación y su sentido del propósito.

«Tuve que pelear y tener sobrepeso. Con juegos olímpicos especiales, encontré a las personas adecuadas que me ayudan a cambiar las cosas».

Una figura clave de este viaje fue Ana, su entrenadora en las Olímpicas Especiales Madrid. «Ana nunca lo deja ir. Ella nos motiva, en el campo y en la vida. Ella nos cuida. Es algo especial para nosotros», dice Rubén.

Rubén proviene de Fuenlabrada, una ciudad al sur de Madrid, y ve el fútbol no solo como un deporte de élite y de alto rango, sino como una experiencia conjunta en los espacios de estacionamiento del vecindario, en juegos olímpicos especiales y especialmente con su hermano Juan Carlos, su mayor inspiración.

Olimpiadas especiales El jugador de fútbol de Madrid Rubén Reales sonríe y posa para la foto

Rubén Realas se inspiró en su hermano Juan Carlos para grabar fútbol

«Mi hermano es mi rey», dice Rubén. «Llegué al fútbol cuando quería jugarlo». Juan Carlos, también Juegos Olímpicos especiales en Madrid, fue fundamental para desencadenar el amor de Rubén por el juego.

El viaje de Rubén comenzó con el equipo de su hermano. Más tarde, su padre fundó un equipo local para personas con discapacidades, lo que finalmente llevó a Rubén a juegos olímpicos especiales. Esta conexión con su hermano era más que solo apoyo, pero abrió la puerta a una vida más completa y significativa.

Desde entonces, ha estado jugando en varias competiciones, incluida la Liga de Fútbol Indoor Femaddi, la Liga de Fútbol Unificada de 7-A-Side, los trofeos de verano e invierno, el catalum jugando en Granollers y la Semana Europea de Fútbol de los Juegos Olímpicos. Para Rubén, sin embargo, no son los trofeos más importantes. «Cada juego es importante, ya sea que ganes o pierdas», dice. Para él, el fútbol es una fuente constante de pozo.

Más allá del campo

Frente al campo, Rubén trabaja en una fábrica de automóviles y se adhiere a grandes sueños: fundar una familia, ser dueño de una casa, llenar un garaje con autos y un día para liderar su propio equipo de fútbol.

Para todos los que se enfrentan a tiempos difíciles, su mensaje es claro: «Lucha. En la vida, las cosas se logran con perseverancia. No se trata del objetivo, se trata del viaje».

Rubén no solo juega al fútbol. Lo vive con pasión, propósito y orgullo. Y a través de este amor por el deporte, que fue transmitido por su hermano y promovido con compromiso, también aprendió a vivir una vida mejor.



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