Cualquier esperanza de que Mike Tyson defendiera su título de peso pesado contra George Foreman se esfumó después de una de las mayores sorpresas en la historia del boxeo.
El 11 de febrero de 1990 es una fecha grabada para siempre en el folclore de peso pesado. Tyson viajó a Japón para enfrentarse al desvalido James ‘Buster’ Douglas en el Tokyo Dome y lo que vieron los fanáticos fue una de las mayores conmociones en el deporte. Un Douglas motivado superó al temible ‘Iron’ Mike, deteniéndolo en el décimo asalto para reclamar el campeonato indiscutible de peso pesado.
Si Tyson hubiera ganado, su siguiente pelea habría sido contra el legendario George Foreman, quien aplastó a Joe Frazier para ganar el título en 1973. El regreso de Foreman -una búsqueda improbable para recuperar el premio más grande del deporte- es un regalo para los expertos y periodistas deportivos de Hollywood, pero un encuentro real con los hombres es peligroso.
A pesar de la brecha de 17 años, El poder de la bola de demolición de Foreman La explosividad y ferocidad incomparables de Tyson eran igualmente amenazantes. Un hombre que mejor conocía al joven Tyson era Teddy Atlas, parte del equipo de Cass D’Amato durante los años de formación del luchador.
Se le preguntó a Atlas quién habría ganado si la pareja se hubiera enfrentado, y el renombrado analista y ahora presentador de podcasts dio un veredicto claro:
«El estilo de Foreman era incorrecto para Tyson. Tyson entraba para tratar de deslizarse y balancearse y creo que será una repetición de la pelea con Foreman y Frazier. Ya sabemos lo que pasó».
‘Big’ George detuvo a Frazier no una sino dos veces de la misma manera, y su brutal poder de golpe abrumó al más pequeño de Filadelfia en ambas ocasiones.















