Puede que el cierre del gobierno haya terminado, pero el Congreso aún tiene que abordar el mayor problema que tiene pendiente: extender los subsidios de la Ley de Atención Médica Asequible que están expirando para evitar duplicar las primas de seguros o reemplazarlos con algo completamente nuevo. Los legisladores han prometido votar en diciembre.

Aunque el debate público sobre esta cuestión se ha centrado en los dólares y los déficits, en realidad hay mucho más en juego: el acceso a una cobertura sanitaria integral puede determinar si las personas viven o mueren.

Una nueva idea está ganando terreno entre algunos legisladores: poner fin a los subsidios y reemplazarlos con depósitos federales en cuentas de ahorro para la salud. Estos depósitos no reducirán el costo de comprar un plan. En cambio, la propuesta supone que las personas comprarán una cobertura barata y limitada, como planes con deducibles altos o catastróficos, que a menudo vienen con deducibles de alrededor de $6,000, y luego usarán los fondos de la HSA para ayudar a pagar las facturas médicas que esos planes no cubren.

Pero los depósitos HSA no hacen nada para evitar pérdidas reales. Las consecuencias para la salud de perder el seguro (o tener un seguro que es difícil de utilizar de manera asequible) están bien documentadas. Un importante conjunto de investigaciones muestra una clara correlación entre la falta de cobertura integral y las altas tasas de mortalidad.

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